El pasado sábado 21 de enero, los consejos distritales del IFE en todo el país llevaron a cabo la aplicación del examen de conocimientos a todos aquellos ciudadanos que aspiran a ser contratados como Capacitadores Asistentes Electorales (CAEs).
Los CAEs serán los encargados de visitar a cada uno de los ciudadanos que serán sorteados para fungir como funcionarios de casilla el próximo 1 de julio, día de la elección. Les informarán que fueron seleccionados y deberán hacer una labor de convencimiento para que acepten participar; posteriormente, los capacitarán en las funciones que les toque realizar en la casilla.
Lo anterior, por sí solo, requeriría que los CAEs fueran personas no sólo competentes, sino además objetivas e imparciales, y que el proceso no se contaminara con personeros de los partidos políticos que pudieran "capacitar mal" (o sea, a su conveniencia) a los ciudadanos. Por lo anterior, el proceso de selección de los CAEs debería ser absolutamente transparente y fuera de toda sospecha. Sin embargo, no es así. Me explico a continuación.